El racismo estructural es la causa fundamental de las inequidades en los resultados de salud y educación de los niños afroamericanos y latinos. Para cambiar verdaderamente los resultados, las organizaciones deben crear sistemas que valoren la diversidad racial y cultural, la equidad racial y la inclusión en todos los niveles. Esto significa moldear las prácticas laborales, las decisiones de liderazgo y la participación comunitaria para servir mejor a las comunidades.
En toda la HEF Learning Collaborative, las organizaciones están comenzando a tomar medidas. Algunas están contratando personal que proviene directamente de las comunidades a las que sirven. Otras están creando nuevas capacitaciones sobre equidad racial y compartiendo ampliamente esos recursos. Se están revisando las políticas e iniciativas para incluir principios de equidad racial y análisis de impacto, haciendo que la equidad sea una expectativa integrada en lugar de una idea de último momento. Las familias también están obteniendo acceso a servicios en su idioma natal y de maneras que afirman sus fortalezas culturales.
«Tiene que haber un momento en el que las voces blancas se sienten... ¿cómo nos sentimos cómodos con la incomodidad y cómo amplificamos los gritos de ayuda, porque no es que los gritos no estén ahí?».– Líder parental de HEF
El compromiso de los líderes y el apoyo del personal son fundamentales para avanzar. Sin embargo, el diálogo por sí solo no es suficiente. La equidad requiere medidas que rompan los silos y aborden las barreras estructurales a las que se enfrentan las familias. De cara al futuro, las organizaciones de Rochester deben continuar con una transformación cultural más profunda que reconozca el legado histórico del racismo y la inequidad. Tendrán que reforzar los discursos sobre la equidad racial y crear más oportunidades para compartir el aprendizaje entre los distintos sistemas.
Sabremos que esta palanca ha surtido efecto cuando las familias tengan una opción real en cuanto a servicios que sean culturalmente sensibles y cuenten con personal que las represente. Veremos juntas directivas y equipos de liderazgo que reflejen la diversidad de la comunidad. Y sabremos que el progreso es real cuando las propias familias afroamericanas y latinas definan el impacto de las nuevas inversiones y recursos.